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jueves, 27 de noviembre de 2014

La " C "

El caballero cabalgaba a cuestas de su corcel contemplando los castillos caídos y los campos de cultivo, que colmados de calabazas comestibles y calabacines coloridos, contenían una cantidad calculable de campesinos conservándolos. El caballero continuo con su camino cantando canciones campestres y caudalosas de calamidades caballerosas. El corcel campechano contrastaba el compás de los cánticos con sus colosales cascos. Cuando cogieron una calzada concurrida, un carro cargado de cabras se casco y las chivas correteaban cerca del caballo causando su caída. La cabalgadura concluyó su crónica, y el caballero, caído, se consternó.